viernes, 30 de noviembre de 2012

La Teletón Me aburre


las cosas han cambiado. Los tiempos de quedarse toda la noche para ver la teletón se acabaron. Es mas: a los animadores que tienen que quedarse como hasta las 6 de la mañana payaseando en el teatro teleton, y haciendo cosas tan bizarras como un sketch de Los Picapiedras o Condorito o Batman y Robin o a los noteros que en la noche se tienen que cagar de frío en la sucursal bancaria de Pichirropulli para que lleguen dos o tres pelagatos y a veces borrachos(porque vienen del carrete), yo les recomendaría irse a dormir. No sigan perdiendo el tiempo.

Como decía, ya nada es lo mismo. La gente ya no se conmueve con tanta facilidad con los casos, porque el guión, por muy humano y real que sea, es demasiado predecible. Es como ver una y otra vez esas tipicas peliculas de épica deportiva en donde un musculín capo tiene que hacerse cargo de un montón de palurdos inutiles y llevarlos a la victoria, lo cual generalmente logra. Para eso le pagan al guionista, pa que la wea tenga final feliz. A la gente ya no le agrada que esas frases de mierda de los empresarios como "no podíamos quedarnos fuera de esta gran cruzada de amor" por las razones que todos conocemos ($) y que no tengo para que nombrar. Los niños ya no ven la sección infantil porque los juegos de roles en linea son mas entretenidos y los cabros jóvenes tampoco ven la sección juvenil porque a esa hora están durmiendo la mona.

Ya no es ningún brillo ver juntos en un mismo escenario a los famosos de distintos canales. Antes si, porque cada canal era como un universo propio y diferente al otro, y en cuanto a calidad habían grandes diferencias entre TVN, por ejemplo, y MEGA. Ahora todos los canales de televisión son una mierda, y pasan la misma programación y se viven copiando entre ellos, asi como sus personajes se cambian de estación a cada rato o andan tirandose palos a través de los matinales y después aparecen en los estelares de farándula agarrandose del moño o reconciliandose. Son un montón de monos desanimados cortados con la misma tijera que creen que el publico sigue siendo lo suficientemente ingenuo como para sorprenderse con un piquito de la Paty Maldonado y el Kike.

Los carteles en la calle ya no son sagrados como antes. Ya nadie siente que romper un cartel es como  quitarle las muletas a un niño discapacitado. Ya nadie se siente un tipo desalmado al hacer eso. Es mas, lo recomiendo como terapia. Pa las elecciones municipales, los carteles estaban cuidados por matones. Sobre todo los de los candidatos de la derecha, que traían flaites con garrotes. Ahí nadie se atrevía a romperlos, pero ahora los matones se fueron y yo ya me he piteado dos carteles. Es mas: ya nisiquiera es un pecado mortal criticar a la teletón. Lo hace la mitad de twitter y son muchas las figuras públicas que lo hacen, incluso miembros de la iglesia católica. Incluso ellos, que aman tanto el dinero, se asquean con este show.

Tampoco es ya ningun brillo ver a los que cantan durante la transmisión. Lucho Jara nos tiene chatos. Tengo claro que Faith no More nunca mas va a volver a tocar en la teletón después de lo que le dijo a Don Francisco. Tampoco estaría Necrosis si aún existiera ese grupo. No volverían a dejar que el chancho cabezón ignorante los vuelva a poner en ridiculo. Tampoco estarían los Prisioneros si es que aún siguieran juntos y Jorge Gonzalez no hubiese muerto (si, murió). Entonces seguirán, por los siglos de los siglos poniendo a cantar al Pollo Fuentes.

Y en la Vedettón nadie se empelota.

Conclusión: salir a carretear, ver porno, leer un libro, escuchar radio El Conquistador, salir a patear negros y drogadictos con una banda neonazi, ir a una peña, tocar la guitarra, etc etc etc, son actividades mucho mas interesantes que ver la teletón.

Chau. Viva Palestina Libre.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Cartas Certificadas


 Fui hace unas semana atrás al Museo de la Memoria.

Ir me dejó mal emocionalmente. Considero que es nesesario ir, casi una obligación para todo chileno que quiera saber las cosas que pasaron en Chile para que no se vuelvan a repetir, pero también considero que para pararse ahi, frente a todo ese pedazo de dolorosa y cruel historia hay que ser valiente y tener los huesos bien firmes.

Lo que mas me impactó de esa visita no fué la parrilla eléctrica, ni aquella oxidada puerta de la carcel pública. Tampoco las imagenes del golpe ni los relatos de las torturas. Lo que realmente me dejó schokeado fueron aquellas cartas certificadas provenientes del Ejército de Chile y dirigidas hacia los familiares de los presos, en donde de una manera tan fria como cruda, como si se tratase de una encomienda o un objeto de decoración casera, les informaban que sus hijos, padres, madres o hermanos habían sido fusilados.

Hojas de roneo tan ordinarias como las hojas de oficio que ocupamos para nuestros trabajos. Un papel en apariencia tan común como un certificado médico o una factura de mercado. Tan aparentemente corriente como papeles de alguna diligencia en una notaría.

Una hoja tan solo. Pero que es a la vez sinónimo de odio irracional de quien la firma y herida profunda e insanable en el corazón del chileno que la recibió.

Por favor, Nunca Mas.