martes, 21 de septiembre de 2010

Vuelve, Gonzalez!!!


Un día como hoy, 23 de septiembre, pero hace siete años atrás, el 2003, hubo un verdadero momento bicentenario. Hace solo un par de años, se habían vuelto a juntar, pero duro bien poco. El tipo se subió al mesón de conferencia de prensa y enfrentó a los periodistas. Acababan de echar a claudio narea de la banda de rock mas trascendente de la historia de nuestra pobre historia musical: los prisioneros. el ambiente estaba caldeado, los nareistas querían estrangularlo, y los periodistas... también un poco. Comenzaron las preguntas. Narea por aquí, Narea por allá, Narea por debajo y Narea por detrás. Tapia sudaba y tartamudeaba, y el compadre que estaba al otro extremo, Álvaro Henríquez, parado como el cajarito tutu tutu no emitía palabra alguna. hasta que le dio la chiripiolca y boto todos los micrófonos al suelo, arrasando también con vasos y un jarrón de agua. Su mujer le pegó a una periodista y un profundo e incrédulo "ooohhh" recorrió el set. Tapia alcanzó a salvar un vasito de la furia de ese pobre rockero y Henríquez no atino mas que a poner cara de nada, como diciendo "shis pah puta la guea...".

Para un pendejo de 2º medio como yo, en esa época, la pataleta de Jorge González fue realmente un hecho heroico. Pensé seriamente en tirarme a la vida del rock, llegar a la clase de ingles y pegarle un combo al profesor, agarrarme a la bomba sexy del curso y hacer la cimarra sobornando al inspector con películas porno. González era para mi un héroe desde chico, cuando por el año 93 escuche por primera vez "tren al sur" en la primera radio que compramos como familia, una sony a casette de 2 wats. Los prisioneros formaron parte de mi proceso de madurez crítica. Con "el baile de los que sobran" González inspiró mi dañino resentimiento social contra quienes dios ha favorecido mas, y con un tema en especifico, Es demasiado triste, sentía esa sensación subliminal que valga la redundancia, te hacia sentir triste, como si al acabar la canción fueras a dar a un camino sin salida, como estar drogado y con ganas de suicidarse.

Jorge González era un líder de opinión. Eso lo hacia mas ídolo todavía, mas de lo que era, porque podía ser profundamente amado o al revés, detestado totalmente. sus comentarios eran ácidos y puntudos, además de originales. No importa que tan dura pueda ser la critica de su rival, el siempre salia ganando. no se como lo hacia el weon. a lo mejor su dieta diaria consistía en meter un limón y un diccionario en una juguera y tomárselo al seco.

Pero al pasar el tiempo lo he pensado y creo que todo cambio el día de los micrófonos caídos. Estaba ciego y recupere la visión. Estaba sordo y recupere la audición. Puedo decir sin ningún tapujo que el 23 de septiembre del año 2003, se produjo el lamentable deceso de Jorge González Ríos, fundador de los prisioneros. González murió ese día, al menos para mí. El controvertido rockero de las declaraciones polémicas e inteligentes cedía ante la presión y sin encontrar las oraciones precisas para cagarse a todos, se ensañaba con los micrófonos y vasos que poco sabían de como defenderse. El matonaje es digno de los reggetoneros, pero no de las estrellas de rock, y te hace ver mucho mas ridículo el dejar la cagada en una conferencia de prensa en chile, en donde los que hacen cagadas generalmente buscan farándula. González murió, y si resucito o se reencarno en otra persona, fue en un músico tecno poco original, que gana harta plata con sus sampleos en las discos de Europa, agarrándose de dj Villalobos o con sus propios temas. te aseguro que he escuchado bastantes discos house como para decir que no hay nada de original en la música de los Udpates, pero al final todos sabemos que los europeos bailan cualquier cosa con un litro de éxtasis en el cuerpo. No critico el crecimiento musical de un artista, ni las ganas de ampliar sus horizontes creativos. Critico que haya cambiado tanto, y haya tratado de olvidarse de que algún día fue el estandarte de la rebeldía en un país sumiso por naturaleza. No todos los chilenos somos fachos, ni somos tan llorones como narea. Que alguien le aclare eso por favor.

González se ha aburguesado. en busca de ser un occidental de segunda mano se transformó en lo que siempre criticó: un coursi consiente. Recurres a Victor Jara, a la violeta o a los discursos de salvador allende solo cuando en un disco con abundancia de música comercial tienes que hacer notar que aun la moda posmodernista que tanto la lleva en el primer mundo no te ha carcomido toda tu mente. te haz olvidado de chile. no como lugar geográfico, donde naciste, vive tu familia, tienes parte de tu cuenta de ahorro y donde hoy gobiernan los fachos. Te olvidaste de chile como lugar en donde para muchas personas representabas algo.

en momentos como este, en donde se ha de decir mas que nunca lo que se piensa, estamos desamparados, los que tenemos alma de rebelde. No encontramos ya en nadie de la escena musical nacional un referente digno de admirar por su consecuencia con sus convicciones. Nadie realmente potente. Teníamos a González y lo hemos perdido. Ojala en un futuro lo recuperemos. Se le extraña demasiado.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Rendirse Jamás!!!

Eres un joven soldado que va a la guerra. Dejas atrás familias, hijos, padres, salud, comida y seguridad estable y eres obligado, contra tus convicciones, a enrolarte en el ejército. No quieres hacerlo, pero te ves en un minuto, metido en una trinchera disparando a otro hombre como tu, con los mismos miedos, con la misma bronca de estar obligado a dejar atrás familia, hijos, padres, salud, comida y seguridad estable. Te revelas, tiras tu arma a un lado y te niegas a seguir matando. el general te ordena recoger tu fusil y volver al campo de batalla, pero tu no haces caso, crees demasiado en tu pensamiento critico. Demasiado traidor, demasiado enemigo de la patria. El general te manda a fusilar. Tu cuerpo es enterrado en medio de la línea de fuego, las granadas lo destrozan. El ejercito gana la guerra. El general es recibido como un héroe, se le levanta una estatua en la plaza de armas, mientras que a ti, joven soldado revolucionario, nadie nunca te va a recordar. Seguirán, entonces, siendo los estereotipos de prócer militar cargando una bayoneta sobre el enemigo, los símbolos de patriotismo de una nación.

En un escenario mas posible puedes ser un intelectual chino condenado a muerte, un demócrata norcoreano, un mexicano intentando cruzar la frontera, una mujer afgana, quizá un preso en guantanamo, un iraní apaleado, un haitiano pidiendo pan, un desaparecido pidiendo memoria. A lo mejor estuviste entre las victimas del genocidio en Rwanda, quizá Amín Dadá te mató personalmente a balazos, terminaste en un campo de concentración nazi o moriste en las Malvinas. En tu otra vida habrás sido cristiano y te viste frente a un león en pleno circo romano, te trataron de loco por decir que el mundo giraba alrededor del sol, te quemaron en la hoguera por ser visionario.

A lo mejor, en otro tiempo, fuiste crucificado.

Si vives en Chile eres un hombre explotado en su trabajo. El desempleo en este pais baja pero suben los jefes mal nacidos y gorilas y no te queda otra mas que tratar con ellos. Tu sueldo es mísero, tu fondo de pensiones, peor. Todo se va a tu familia e incluso falta. Te preguntas las veinticuatro horas del día en como hacer para que tu hijo mayor pueda pagar la universidad. Sufres un accidente en tu trabajo. tu tragedia no es televisada como pasa con los mineros en el norte. Tienes que guardar reposo. Cuando vas a cobrar tu sueldo, te enteras de que has sido despedido y que el finiquito se ha ocupado para cubrir supuestamente los gastos médicos. Pataleas, alegas, buscas voces que te apoyen, pero sabes que en este país tus colegas son demasiado cobardes como para exigir sus derechos. Te quedas solo, ahí mismo, sin saber que hacer.

O quizá seas un trabajador enfermo de cáncer, y te niegan el acceso al tratamiento porque el sistema de salud de tu país es pésimo y tercermundista. Eres minoría de conciencia política y eso te hace sentir ahogado, porque ves demasiada injusticia a tu alrededor. La mutual de seguridad te maltrata y te trata de engañar. No lo logran pero no es suficiente. Tu lucha no es solo por ti, sino por tantos como tu que no son escuchados. El gobierno se hace el tonto. Oh, si, para las elecciones necesitan tus votos, pero todavía es muy pronto para la próxima campaña política. Sientes que tienes que hacer algo, pero no sabes como. Llegas, en conciencia de tu integridad física y mental, al extremo de quemarte a lo bonzo en plena Plaza de la Constitución para generar atención. Tu acción produce consternación y los liberales se llenan la boca con homenajes. Al final, tu causa solo te convierte en un hit de los Bunkers.

Hoy, en esta oportunidad, quizá seas mapuche. Te robaron tus tierras, te quitaron el derecho a la educación y a la salud. Te estigmatizaron como flojo, indio y ahora, para empeorar todo, de terrorista. La justicia militar es corrupta y no confías en ella. Quizá en este momento lleves 52 días sin comer. Te estas muriendo y la tele no te pesca. Te aseguro que se de tu existencia y de tu lucha. Es el primer paso.

Compañero mapuche: no te rindas. La única lucha que se pierde es aquella que se abandona. La impunidad y el olvido, no te la va a ganar. No esta vez.