domingo, 20 de enero de 2013

La agonía del Señor X

El señor x está enfermo. Solo diré que el señor x es pariente de nuestra familia. Solo eso diré. La diabetes lo tiene mal, con los pies sin sus dedos ya, lo que puede ser un adelanto de lo que vendrá en un futuro. Cuando nos vió llegar al hospital, esbozó una sonrisa. Por lo que supimos de boca de él, nadie lo había ido a visitar antes que nosotros, y contaba esto con un tremendo dramatismo, como si se tratase de alguna traición, o de una situación inesperada. Quizá el ultimo recurso que tiene en vida para lograr algún tipo de empatía con nosotros es la látima, pero no soy ningún estúpido. Se perfectamente de quien se trata esta persona.

El señor x contó siempre su vida como si se tratara de una ejemplar, al servicio de la patria y de los libertadores. Nunca fué militar, quizá esa fué una de sus grandes frustraciones. Pero cuando tuvo la oportunidad de colaborar con esa magna tarea de eliminar el cancer marxista de Chile, fué el primero en lamer las botas de los generales. Fué sapo de la DINA en la época del golpe de estado, y la historia de la población lo tiene como el presunto responsable de las desapariciones de algunos vecinos. Mis tios cuentan como se jactaba de sus actos, como se reía del sufrimiento de las familias.


Mi papá dice que su casa en esa época fué allanada innumerables veces. Además de eso, siempre relata como fué que se vió incluido en una lista negra de personas que tenían que ser buscadas y ejecutadas. Mi papá siempre ha sospechado que quién lo sapeó fué el señor x. Le consta, porque amigos en el ejercito le contaban. Cuando un tio estuvo detenido luego de un allanamiento, el hermano del señor x, que era militar, le regalaba su ración de campaña. Cuando el señor x supo esto, lo retó e incluso lo agredió, diciendole que "no hay que ayudar a estos comunistas de mierda".

Incluso he escuchado a muchas fuentes familiares y extrafamiliares hablar cosas del señor x que realmente me aterran. Dicen que lo vieron por los campos, junto a los latifundistas pro militares, torturando y disparandole a campesinos. Dicen que mató a personas en la mas completa impunidad. Me resulta irreal pensar algo asi, que tengamos un asesino dentro de la familia, pero hace rato que lo real y lo irreal ya se están volviendo parte de una misma cosa.

El señor x nunca fué simpático conmigo. cuando chico me veía por la calle y no me saludaba. Decidí no saludarlo mas. Pasar al lado suyo y no decirle nada. Cuando notó mi indiferencia, me paraba solo para retarme y decirme que no debía ser mal educado. Al parecer, su ego es mas grande que su cortesía. De todas maneras nunca le hice caso, porque nunca representó un símbolo de autoridad. A lo mejor lo que le molestaba era mi rebeldía. Quien sabe.

 En cambio, con mi hermana chica siempre hubo mas deferencia. Incluso llegaba a ser incómodo y sospechoso. Siempre preguntaba por ella, mas no por mi. Siempre habían sonrisas para ella, mas no para mi. No era envidia lo que sentía, sino que suspicacia. En todo caso, cuando mi hermana creció, nunca mas se acercó. Menos la fué a ver cuando estuvo enferma. Con los enfermos, nunca tuvo real interés. Sino pregúntenle a su hermano, enfermo de esquizofrenia y que se suicidó meses después de que él lo dejara de cuidar.

Ahora el enfermo es él. Supongo que aun estará esperando que sus amigotes, los milicos torturadores de aquellos años, lo vayan a ver. Fué condecorado con una medalla de honor. Ustedes saben, esas tonteras que ocupan los milicos para sentir una importancia ficticia. Ficticia, porque el señor x se está muriendo de a despacito y a muy pocas personas les importa. No se como mi papá fué a visitarlo, pero supongo que es una manera de mostrarle al señor x que su vida, sus actos y sus palabras fueron una equivocación. Que sus supuestos amigos no lo eran, y que no hay nada mas estúpido pelear contra un enemigo que no te considera como tal. Que no salvó a la patria de nadie, que mi papá, el antiguo comunista, el rebelde, el ex frentista, el marxista, lo salvó a él de sentirse una mierda, sin nadie en este mundo. Mi papá no va a dudar en ayudarlo cuando él lo necesite, porque mi viejo es así: ayuda sin importarle a quién, ni lo que haya hecho. Y eso, debe ser muy humillante para el señor x.

viernes, 11 de enero de 2013

Pare de Sufrir!!!


Descubrí que ya no soporto el sufrimiento. Es tanta la mierda que hay a nuestro alrededor que es fácil hastiarse de ella (aunque a no toda la gente le molesta, lo cual es un misterio). Prendo la tele y los pacos le están pegando a alguien, veo los diarios y hay puros homicidios, prendo la radio y está cantando Camila Moreno. Mi vieja con estress, mi viejo y su jefe, mi hermana y su enfermedad y mis vecinos canutos con sus estados espirituales de comunicación con Diós y los reproches morales a su hija de 18 años.

Me di cuenta de eso hace un tiempo atrás, en un viaje a Santiago. Las crónicas de mi mamá pelando a los carabineros que le quitaban la mercadería que vendía, los relatos de mis familiares torturados por la dictadura, un paseo por el museo de la memoria y las noticias de la masacre al pueblo palestino por parte de los sionistas, fueron acumulando en mi interior un agotamiento que explotó en el bus de regreso a Osorno, cuando el auxiliar puso una pelicula que trataba de un accidente aereo, en el que todos iban muriendo de a poco y de las maneras mas horribles. Fué la gota que rebalsó el vaso, y me desahogué lanzando sin pensar y en voz alta una grosería de alto calibre que no voy a nombrar aqui. La cosa es que a partir de ese momento, mis compañeros de bus me miraron raro todo el viaje.

Pero no se si me miraban desconcertados por la reacción que tuve al ver la pelicula o porque les parece extraño que una persona se aburra de ver dramas y sufrimientos. La gente acepta tragedias y penas en su vida sin siquiera cuestionarse el por qué. Conozco amigos que pasan por procesos de depresión o penas amorosas, y lo único que desean es no salir de su casa y no hacer nada, a pesar de que cuando hacen eso, los pensamientos negativos invaden su cabeza. Me parece ilógico, casi mazoquista, estar triste y no querer estar mejor. A veces creo que hay gente a la que le gusta el sufrimiento, y eso a mi me enferma. Lo digo porque hay gente cercana a mi que es asi y eso también me ha hecho daño. No piensan en los demás. Son tan egoistas que piensan que el resto del mundo solo tiene que vivir para llorar sus penas con ellos.

Cuando estoy triste, me gusta escuchar música. ¡Escuchen música! Salgan sin destino alguno con su mp4 y caminen por las veredas de la ciudad sintiendose protagonistas de un videoclip. Marchen por la educación, dile a un carabinero que es un paco de mierda, cagate en los genocidas de Israel, golpea tu cacerola, inventa una canción, baila aunque no sepas bailar... no odien tanto a Piñera, mejor rianse de sus tonteras. Está comprobado cientificamente que cada vez que te ries alargas tu vida un par de instantes mas. Es cierto: la cara de la Evelyn Matthei produce diarrea. Es cierto, la economía es una farsa. Es cierto, los latifundistas racistas de la Araucanía... el lucro... los pacos y sus golpes... las injusticias... Pero te tengo que recordar algo: vivir es un arma, y yo elegí ser un terrorista.

Me agotó escuchar dramas. Ya no soporto escuchar gente quejandose inmovil. No puedo aceptar que alguien hable contra el sistema y no trate de cambiarlo, o que digan que no pueden estudiar porque la sociedad no le da las posibilidades y que no salga a marchar. Tratar de salir del hoyo pasando a la acción es el mejor acto de vitalidad, en una sociedad como esta, en que los poderosos nos quieren mantener en un constante estado de depresión que nos quite las fuerzas, asi como los medios de comunicacion nos intenta convencer de que hay que sentir por los viejos Luschinger la misma pena que sus familiares sienten. El día en que como a mi, a todos les explote la pasciencia y se hastíen de tantas cosas malas, va a quedar la cagá. Y cuando eso pase, quiero estar ahí, para volver a construir el mundo.