martes, 31 de julio de 2012

Carabineros: Se Ganaron Mi Odio


Directamente de boca de un inspector municipal, escuché que Cristian Labbé, (el alcalde de gobierno que en otra época era un experto chef cocinando chilenos a la parrilla), quería fuera a todos los vendedores ambulantes que habían en Providencia, porque "ensuciaban las calles con su mal aspecto". No me extraña esa forma tan despreciativa que tiene ese babosiento engendro de la dictadura de tratar a las personas, entre otras cosas porque en realidad los amigos que trabajan junto a mi mamá vendiendo sus mercaderías a las afueras de la U de Chile tienen ciertos looks que a los mas conservadores les chocarían. Hay rastaffaris, artesanos, estudiantes de arte, etc etc, todos con distintas personalidades, distintas e interesantes historias y distintos productos que ofrecer al público jóven que deambula por ahí.

Mi mamá vende cuchuflies en la calle. Si fuese yo un niñito de clase media aspirando a llegar a lo mas alto de la piramide socioeconómica posiblemente esta situación me incomodaría un tanto, e inventaría historias falsas acerca de mi procedencia. Lo cierto es que no me puedo avergonzar de esos exquicitos conos bañados en chocolate y rellenos de manjar que a lo largo de mi vida me han dado pan, techo y abrigo. Mi mamá se ha convertido desde hace algun tiempo, en una mancha oscura a los ojos de Labbé, mancha que desea quitar a como de lugar. Hoy, con una violencia extrema hacia una mujer, los siempre vendidos Carabineros de Chile la detuvieron y le requisaron su mercadería. Mucha plata y tiempo invertidos en la preparación de esos cuchuflies... para que un paco maricón se los comienze a comer. 

La soltaron, pero luego de un mar de chuchadas dignas de una banda de monos, y una multa de no se cuantas lucas. De su mercadería, mejor ni hablar. Supongo que Labbestia quedó llenito tanto comer chocolate. También se llevaron las mercaderías de sus compañeros: hamburguesas de soya de una amiga rastaffari, libros a precio módico que vendía un señor de 80 años, mote con huesillo de otra señora y las pulseras que un artesano boliviano. A este último, sospechosamente, no lo soltaron altiro con el resto de la gente. No se si seguirá preso a estas horas.

Por cosas como estas, el odio que estos carabineros se han ganado por parte de la poblacion chilena es totalmente justificable. Estos ultimos meses he visto tantas mariconadas y abuso de poder policial que ya no me da tanta pena, como antes, cuando en las noticias veo a alguno de fuerzas especiales herido por un piedrazo. Lo realmente mas me da pena es que detrás de esos cascos y uniformes verdes, e incluso detras de ese cerebro lavado había un tipo como yo, de la misma clase social y con los mismos problemas. Que lata que se comporten como las ovejitas obedientes de los poderosos para reprimir a personas de su misma procedencia. Si no fueran carabineros posiblemente muchos de ellos estarían vendiendo en la calle junto a mi vieja para poder vivir. Levantados de raja, que se creen de fino linaje solo por andar con pistola... igual que los traficantes que salen en la tele.

Con esto que le hicieron a mi vieja, se ganaron mi odio, y juro que si en una marcha tengo la posibilidad de desquitarme con alguno de ellos, lo voy a hacer enceguecido de furia y no me arrepentiré. Ya no condenaré mas la violencia contra la fuerza pública, y si se repiten hechos como este con alguien de mi familia, comenzaré a justificarla y publicitarla.

Firma: el furibundo hijo de una madre esforzada.

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