jueves, 27 de mayo de 2010

El Fin Justifica Los Medios


No estudiè para la prueba de historia del hombre de anteayer. En realidad debo reconocer que me dió flojera, una lata insoportable. Lo intenté, pero siempre me deprimía al ver el enooooorme grosor de las 600 paginas de ese maldito libro, con su letra chiquitita y sus reflexiones enredadas. Hablando en serio y arriesgando ser condenado por el mundo intelectual y ser clasificado al mismo nivel de un mono, un pokemon o un presidente de chile con manitos cortitas, debo decir que nunca en mi vida seria filósofo. Nunca trataría de emular a Kant, o a Heggel porque no soportaría que solo me entendiera un pequeño circulo de nerds con aires de superioridad. Además, corro el riesgo de que la gente te trate de loco o utilicen mis pensamientos para el genocidio, como Hitler con Nietzshe y Pinochet con... eh...(¿leia ese weon acaso?). Y uno siempre anda filosofeando por la vida, y si yo me pusiera a escribir toooooooodo lo que he dicho en mi vida, todo lo que he pensado, todas las películas que me he pasado y todas las cosmovisiones que he adoptado durante estos 21 años de existencia, tendría para decano de la Chile.

Volviendo a lo que quería contar, con todo eso de que no estudié para la prueba, me asusté. Me vi, entonces, en ese momento en que despiertas de la anestesia flojeril que te tiene atado a la tele o a cualquier otra guea sin importancia y te das cuenta de que al otro día es el examen. Eran como las 8 de la tarde del lunes y no sabia que hacer. no sabia nada de nada, no había leído ni la tapa del libro.

Entonces pensé en que un certificado medico me salvaría, y cranié mil veces mi estrategia a seguir. Llegaría a la guardia, diría que estoy resfriado, me darían un jarabe, alguna pastilla de esas que te dan la ilusión de mejoría (ibuprofeno, diclofenaco, etc) y tendría mi certificado medico, junto con la orden de reposo. Ja-ja-ja... que inteligente soy. Debo reconocer que seria una misión que atentaría gravemente contra mis valores, pues sabría que hay gente que de verdad estaba mal, y que nesecitaba antes que yo la atención del medico. De hecho, al llegar al hospital casi me arrepiento, al ver tanta gente enferma, niñitos con mascarilla, camillas con gente tapada hasta las orejas y ese olor tan tétrico que hay en todos los hospitales. Pero ya estaba ahí, y no podía abandonar la misión.

El sistema de salud chileno es realmente una mierda. y sobre todo en este hospital. Esperas en una sala fría, con solo un par de asientos, poca iluminación y médicos flojos. No son capaces de especificar su agenda para que los pacientes no tengan que sacar horas y después cancelarlas. Se van de vacaciones cuando ellos quieren, no importa si tiene consultas pendientes. Total son pacientes pobres, que no pagan porque los cubre el plan auge. No se si serán así de irresponsables cuando tratan a un paciente de clase alta. no me sorprenderían tampoco. Últimamente el medico que sale de las universidades chilenas no esta ni ahí con su paciente. Es un simple ganapan que va a calentar el asiento de su consulta y cobrar el sueldo a fin de mes. Como este que me atiende ahora que toca mi turno. Me revisa la garganta, bota el palito en un basurero, escribe en su mesón, me revisa las orejas, vuelve a escribir en su mesón, me pega en las rodillas con un martillito, otra vez escribe en su mesón y tooooodo eso sin siquiera preguntarme que chucha me duele. Ningún tipo de comunicación en los casi-casi cinco minutos que duro su profesional chequeo medico (bueno... que mas pido, si al fin y al cabo estaba completamente sano...).

Cuando estaba terminando, decide dirigirme, por fin, la palabra, el medico. "Mmm.... debe ser faringitis. Tome la receta y entréguela en la sala del lado para que le den lo que se indica aquí". Utilizando un enredado idioma jerigonza, ese que solo entienden los médicos, garabatea en el certificado medico. Confiado, nisiquiera leí que medicamento me había indicado y me dirigí a dicha sala, de la cual, cada cinco minutos, alguien salía cojeando. Cuando entre a la sala, le entregue el papel a la enfermera y ella me dijo que tenia que recibir dos inyecciones de dipirona, una en cada cachete. Vi la puerta y quise escapar como un cobarde. De verdad lo habría hecho, teniendo en cuenta mi terror a las agujas y el hecho de que no estaba enfermo. Pero el certificado me lo iban a firmar, timbrar y entregar solo luego de aplicada las dos inyecciones. Así que tuve que apechugar no mas, pensando en que el fin justifica los medios. El fin era salvarme de un 1.0 seguro.

Al salir de la sala me dolían ambas piernas hasta la raíz del hueso. Hace tiempo que no me ponían una inyección y el recordar como era el dolor de aquello no fue ninguna gracia. Y como no podía cojear con las dos piernas, no se noto que me hayan inyectado, asi que me salve de las burlas de los viejitos. Pero no tenía plata para volverme a mi casa y me tuve que ir caminando, en una de las odiseas urbanas mas penosas y heroicas que la historia haya conocido. Al menos tuve la tranquilidad de haber conseguido lo que buscaba: el certificado medico.

Falté al día de la prueba y recién ayer me digné a aparecer en la clase, con mi flamante certificado que exigía que me tomen la prueba de manera atrasada. Me enteré de que el día de la prueba la profesora se había enfermado y la corrió para hoy jueves en la mañana. Mi aventura hospitalaria resultó inútil, y de puro imbecil hice que me colocaran dos inyecciones en el culo. Pero así como a lo mero macho me banqué esas dos agujas y el trayecto a pie del hospital a mi casa, también me aguante las ganas de matar al primero que se me atravesara. Procure estudiar toda la noche para la prueba del otro día. Así lo hice. No he dormido nada, pero di la prueba y la conteste entera. Supongo que el estar sin dormir te lleva a emular esa sensación de estar drogado, y eso es una gran ayuda cuando necesitas chamullar en una prueba.

A estas horas aun espero los efectos secundarios de dos inyecciones innecesarias. Pero creo que a pesar de que se puede correr el riesgo de que todo tus planes se te den vuelta, mentir no siempre es taaaaaan malo. Pero si vas a mentir, debes llevar a cabo tu mentira a pesar de las consecuencias colaterales que esta conlleva. Si tienes que agujerearte los cachetes, aguántatelas. Es como la enseñanza que uno puede rescatar de esta patética historia. También podría añadir que si no te sabes la materia para una prueba, tienes dos alternativas: estudia toda la noche sin dormir o drógate, que al final tiene el mismo efecto. en ambas llegas a un lapsus psicológico en donde puedes entrevistar personalmente a Marx tomándose una coca cola light, sentado en la alfombra mágica de Aladino mientras cruzas ciudad gótica.

6 comentarios:

Sólo Adán dijo...

Media odisea, todo por sacarse de encima una prueba :S! Por suerte, nunca he sabido la sensación de ir drogado a dar un examen. Pero me llevó a recordar a mis compañeros de estudio, que después de varios caños y cháchara, los veía con gafas en pleno días nublados a dar las pruebas. Era chistoso, siempre salvaban con un 4,0!

Unknown dijo...

wow, digamos que soy una persona que disfruta de las mentiras pero esta la llevaste lejos, y lo gracioso es que solo te mentiste a ti mismo... en fin si se mentirá, hay que hacerlo bien.

saludos waripolo!

Anónimo dijo...

Wuaripolo
has llegado al extremo para conseguir un certificado , yo me habria sacado el dos no mas, total simpre hay una oportunidad en la segunda , o si uno se pone muy mamon , le puede decir a la Profe "Señorita por favor deme nota pa poder dar el examen" y bueno ahi le pides ayuda a los amigos mateos y puedes salvar.
( No estudiabas Ingeneria), que raro las volas filosoficas
bueno te recomiendo que te pegues una cumbia FILOSOFICA
ahi va el link
http://www.youtube.com/watch?v=aaKiVFEu4fw

Wiki...wiki..wiki..wikipedias
ya maestro (pa que te voy a decir que te unas al lado oscuro)

Saludos Cordiales
Checho J. Fry
PD: Ubicas a Bombita Rodriguez?

Unknown dijo...

Ptas que me reí.

Eso demuestra que en esta vida: "todo se paga" (salvo la atención de salud, jejeje).

Nanai a los cachetes, aunque bien merecido te lo tienes.

4le! dijo...

Jauajaajaj
Que mal, morí con todo. Y si una lección puedes sacar... es que siempre es bueno no andar con la plata justa. Nunca se sabe el dia en que te tienes que poner dos inyecciones en el culo y te tienes que devolver a tu casa caminando...

Peace Alvaray dijo...

Buenísima reflexión. Me rei caleta. Voy a intentar mañana eso de drogarme, tengo una prueba de salud pública, lo cual es aburridísimo porque te explica teoricamente lo lindo que debería ser el sistema de salud chileno, y en la práctica va terrible. Aunque eso si, ahora se esta incoporando esta idea utopica de los cesfam (centros de salud familiar), en que te asignan uno dependiendo donde vives y te chequean por tooooda tu vida... idea que intenta personalizar mas la relacion terapeuta-paciente.

Pero lo intentaré waripolo, mañana si que me drogo. Y si me va mal.... no importa porque necesito un 2 jaja