miércoles, 28 de septiembre de 2011

Ayer se acabó el mundo


Desperté gracias al griterío de los vecinos. La tierra temblaba, los cuadros de la casa se caían, el perro ladraba y los ventanales se trizaban. La vecina corría por el pasaje sin saber para adonde ir, y mi mamá rezaba. Después de unos largos minutos de terremoto, el suelo se quedó quieto, y un silencio cayó... un silencio negro, tan terrible como el temblor mismo. Pronto, se escucharon los primeros sollozos, los gritos desgarradores de don Arturo, herido y desconcertado. Lo único que se oía era eso... y los ladridos de los perros. Pensábamos que todo había terminado, que no había sido nada, que nos levantaríamos.... pero el cielo se puso rojo. Un trueno casi mata mis oídos, seguido de un infrasonido espantoso que estrujaba mi cerebro. Platillos voladores bajaron y de ellos, enormes hombres de cuatro manos, vestidos de blanco y armados de pistolas láser desintegradoras. la gente escapaba de los disparos, pero nada en esta tierra, ni siquiera el acero, podía contra el poder de fuego de los extraterrestres. Eran despiadados... de sus manos salían mas manos, con los cuales capturaban a los niños sacándoles las entrañas para sus pruebas genéticas, y a los viejos los decapitaban para robarles sus cerebros, interesados en la experiencia e información que les proporcionarían. El ejercito de los estados unidos lanzó sus bombas nucleares contra las invasoras naves intergalácticas, provocando a lo largo y ancho del mundo un efecto invernadero que después de un rato desencadeno una torrencial lluvia acida devastadora. Muchos murieron quemados en plena calle, otros veían como los dedos de sus manos se les caían debido a la lluvia. Desde el interior de la cordillera de los andes un rugido escapó... El volcán Osorno escupía llamaradas de azufre, y de entre todo ese material incandescente que destruía los pueblos de cascada, puerto octay, puerto varas y Llanquihue, salió un gigante de fuego: Despertó el pillán. El alma de Licarayen no fue suficiente para poder domarlo. Los lagos del sur de chile se secaron, y el mar se volvió sangre. Olas de mil metros hicieron desaparecer todo el cono sur de América. En china los dragones quemaban las ciudades, en Japón el suicidio era lo mejor, los hielos del polo norte se derritieron, hundiendo para siempre a Norteamérica y Europa. Pronto desapareció el polo sur, llevándose consigo a Oceanía y áfrica. Solo quedó, una isla, pequeñita. Y en ella, un gordo y calvo tipo diciendo "... Todo calza pollo... todo calza..."

No hay comentarios: