miércoles, 28 de noviembre de 2012

Cartas Certificadas


 Fui hace unas semana atrás al Museo de la Memoria.

Ir me dejó mal emocionalmente. Considero que es nesesario ir, casi una obligación para todo chileno que quiera saber las cosas que pasaron en Chile para que no se vuelvan a repetir, pero también considero que para pararse ahi, frente a todo ese pedazo de dolorosa y cruel historia hay que ser valiente y tener los huesos bien firmes.

Lo que mas me impactó de esa visita no fué la parrilla eléctrica, ni aquella oxidada puerta de la carcel pública. Tampoco las imagenes del golpe ni los relatos de las torturas. Lo que realmente me dejó schokeado fueron aquellas cartas certificadas provenientes del Ejército de Chile y dirigidas hacia los familiares de los presos, en donde de una manera tan fria como cruda, como si se tratase de una encomienda o un objeto de decoración casera, les informaban que sus hijos, padres, madres o hermanos habían sido fusilados.

Hojas de roneo tan ordinarias como las hojas de oficio que ocupamos para nuestros trabajos. Un papel en apariencia tan común como un certificado médico o una factura de mercado. Tan aparentemente corriente como papeles de alguna diligencia en una notaría.

Una hoja tan solo. Pero que es a la vez sinónimo de odio irracional de quien la firma y herida profunda e insanable en el corazón del chileno que la recibió.

Por favor, Nunca Mas.



No hay comentarios: