sábado, 22 de junio de 2013

Los Traidores del Futuro


Entusiasta, he visto como la gente común, como tu o como yo ha levantado la voz en diferentes temas sociales. La era de las demandas ciudadanas partió con los secundarios, en el 2006. Hubieron muchas otras manifestaciones entremedio, pero se volvió a la masividad con el rechazo a Hidroaysén y con las marchas estudiantiles del 2011. He sido testigo de los cambios que estas movilizaciones sociales han producido en el escenario político. He visto como  tantas personas del ámbito científico intelectual y organizaciones internacionales se han plegado a las demandas de los ciudadanos, justificando y argumentando empíricamente la viabilidad de lo que el pueblo chileno pide: educación gratuita y de calidad, reformas a las AFP, legalización de la marihuana, matrimonio homosexual, reforma tributaria justa, nueva constitución... en fin, un largo etcétera.

Me he sentido contento con todo lo que he visto. He podido soñar con que todo es posible. Pero debo reconocerlo: la alegría y el entusiasmo ha dado paso, con el correr de estos últimos meses, a un maldito miedo. El miedo que no debería tener alguien que quiere avanzar. El miedo de un soldado en primera linea. Camila Vallejo nos abandonó. No, no me refiero a su embarazo y el fin de su imagen como fantasía amorosa de tantos. Camila nos traicionó. Se traicionó a ella misma al aceptar de manera sumisa el apoyo de su partido, el PC, el partido de los trabajadores... a la concertación. Poco a poco se irá pudriendo y se convertirá en una Soledad Alvear mas. Los que esperábamos que esta generación de cabros sean la bandera de la idea de una nueva mayoría política al margen del tradicional duopolio quedamos un poco huachos. Y el Giorgio Jackson y su movimiento con aire demócrata cristiano no calienta a nadie. 

Bachelet ha prometido miles de cosas al voleo. Bachelet ha repetido las cosas que nosotros queremos escuchar de un candidato. No creo que piense de manera sincera en la gratuidad de la educación. No creo que se atreva a molestar a los grandes poderes que sostuvieron sus políticas neoliberales en su pasada magistratura. Ha llegado a Chile contagiada por la charlatanería de la ONU, esa que condena la masacre en Siria sin hacer nada. Esa que observa de manera estática las matanzas palestinas por parte de los judíos (esos que en Chile se molestan con un simple chiste). Esa que sirve para pararse a hablar de paz en un estrado cuando en medio oriente se ejecuta a las mujeres violadas. Bachelet promete muchas cosas que estoy seguro solo cumplirá si los estudiantes están ahí, picoteándola. 

Y mi miedo radica en que si Bachelet llega a cumplir sus promesas, si llega a apretar mas a los empresarios, si planea una nueva constitución, ahí estarán los futuros traidores a la patria que todos conocemos. Han explicitado sus ganas de no respetar la voluntad popular desde que la gente se volcó a las calles. Ahí estarán Melero, Coloma, Von Baer, Espina, Chadwick y otros herederos de la dictadura boicoteando todas las políticas sociales. Ahí estarán las familias Lushinger, los Piñera, los Edwards creando un clima de desestabilización. Quiero avanzar, quiero que Chile socialmente mejore. Pero también me da miedo hacer enojar a quienes tienen el poder de aplastarnos con el dinero o con las armas. Está mas que claro que el ejército chileno no ha aprendido nada acerca de soberanía popular ni de respeto por los derechos humanos. Ahí están ellos, expectantes a que los llamen otra vez a ser los salvadores de la patria.

Los comunistas no son mas del 5% de la población. Pero aún así sirven como excusa para deslegitimizar cualquier movimiento social. Temo por el día en que todos quienes queramos reformas al sistema seamos tildados de comunistas. Longueira ha trazado el camino de este plan, al repetir tantas veces el hecho de que la concertación vaya a gobernar con el PC. Seamos pesimistas: la derecha chilena es cruel y sanguinaria. Temo por el restablecimiento del orden. Temo por la misión histórica de evitar el odio. Temo por el deber patriota. Temo por el día en que tengamos que soportar las consecuencia de la "obligación" de unos pocos de salvarnos de nosotros mismos. La ciudad está llena de casas abandonadas. Temo por el día en que vuelvan a ser habitadas por gente desconocida y siniestra y forrada con materiales anti-ruido. Temo por los futuros guatones Romos. Temo llegar a parar a alguna de esas casas algún día. Temo a no salir vivo de ahí.

Son muchos miedos. Cuando no se han aprendido ciertas lecciones, ciertos grupos vuelven a cometer los mismos errores históricos. Pero el combate comenzó y estamos en primera linea. Y ya no hay vuelta atrás.

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