martes, 13 de octubre de 2015

Nos Estamos Volviendo Grises


El mes pasado se suicidó Bonvallet. Todo el mundo se sorprendió de que tuviera depresión, porque él siempre decía que era un campeón y el mejor del mundo. Rápidamente salió el tema de la depresión a colación en los medios de comunicación. De súbito nos comenzamos a enterar que nuestro país tiene unas tasas increiblemente altas, como un cáncer que lo está carcomiendo socialmente. Pronto comenzé a pensar y me di cuenta de que a mi alrededor hay más gente con depresión de lo que creía. Familiares, amigos, compañeros de trabajo, vecinos... todos con depresión, como una pandemia imparable, y de la cual no quiero contagiarme. ¿Por qué hay tanta gente con depresión? ¿Qué pasa con la gente de Chile?

Yo creo que debería ser un tema a discutir, tan importante como una reforma educacional o la tributaria. Porque cada vez hay más chilenos suicidándose y hay que saber por qué poh. Y hay algo que me molesta del tratamiento de los medios con respecto al tema: mucho foco en qué hacer con la persona depresiva pero muy poca atención en el POR QUÉ de este problema social. Se esquiva esta pregunta, como si fuera un tema tabú. Y puede que sea así, ya que a mi juicio el conversar acerca de las razones del problema de la depresión en nuestra sociedad es en cierta medida golpear el corazón del sistema capitalista en el que estamos metidos y comenzar a pensar en un cambio de paradigma social.

Hasta hace no muy poco, la gente que criticaba el individualismo de la sociedad de consumo era tratada de comunista y estúpida por aquellos que ahora, en un mundo tan abarrotado de gente, se sienten solos. Mucha presión, demasiados modelos que imitar... queremos adoptar el estilo de vida de los europeos, con sus competencias, sus exigencias laborales y disciplina y extrapolarlo a todos los ámbitos de nuestra vida, pero se nos olvida que somos latinoamericanos, y que somos un pueblo colorido, de fiesta y alegría.

Nos estamos volviendo grises.

Cuando Chile ganó la copa américa, yo esperaba mas fiesta. Más carnaval. Pero No. Casi ni lo celebramos. Fue un sábado en la tarde, en la noche carrete, el domingo a reponer la caña y el lunes vueeeelta a la rutina. A veces nos hace falta salirnos del protocolo, digo yo. Escuchamos demasiado a estos charlatanes de twitter que critican al chileno medio tratándolo de flojo. Escuchamos a demasiados pseudointelectuales que sueñan con que Chile fuera como Finlandia en donde todo resulta en educación, empleo, estabilidad política, etc etc etc porque la gente de ese país es fome y cuadrada.

Escuchamos a demasiada gente idiota tratándonos de idiotas a nosotros. Creen verse inteligentes, con sus aspectos de filósofos franceses, sus barbas puntiagudas, sus cafés Starbuck en la mano, sus libros de nietszche que todavía no terminan de leer y sus laptops con el navegador de internet metido en Tumblr para copiar frases de Jodorowsky o de Borges, para que cuando llegue un reportero de algún canal a preguntarles acerca de lo bien que juega nuestra selección, ellos puedan regodearse contestando que el futbol es estúpido y la gente que ve futbol es estúpida.

Estúpido es estar en una fila del banco y ver a toda una hilera de hueones sin hablarse y con sus celulares en la mano y los audífonos en los oidos, como si tuvieran esa cochiná tecnológica conectada al cerebro. Estúpido es sacarle la chucha a un lanza en plena vía pública para desahogar esa bronca que te hizo pasar tu jefe. Bronca que no soltaste frente a él porque te acobardaste al momento de defender tus derechos. Estúpido es tener que fingir tanto y matarse trabajando por hueas tan tontas. Que los logros laborales, materiales y personales se transformen principalmente en exposición de Facebook para que tus ex compañeros de liceo (esos que 10 años después de la licenciatura ya tienen auto, casa propia, mina y una oficina en el centro bien elegante y todo eso antes que tú), vean que tú también eres exitoso.

Estúpido es tener que dar tantas explicaciones al resto acerca de cómo vivimos y el por qué de nuestra forma de ser. Estúpido es seguir viviendo como sociedad mintiéndonos a nosotros mismos, avergonzándonos de nuestra propia cultura y por ende, de nuestra forma de ser, de hablar, de actuar, de vernos. Este sistema de vida nos tiene acogotados. Sé que quizá algún experto me diga que todo esto no es la principal razón para enfermarse de depresión, pero yo creo que Chile está enfermo a raíz de la presión de querer ser algo que no es. 

Los chilenos no somos, por naturaleza, personas grises. Nos gusta celebrar, pero no nos damos permiso para eso, porque siempre estará el imbecil hablando del rendimiento laboral, la puntualidad, la barbarie anti-intelectual detrás de cada festejo... etc etc etc. No es culpa del chileno medio que políticos levantados de raja hayan querido meter al país en la OCDE y que cada tanto se avergüencen porque en todos los rankings de esa organización estamos mal. Chile no necesita la presión de llegar a ser país desarrollado como los fomes de los finlandeses o los bobos de los yankis. 

Entre tanta basura plástica que llega para quedarse al país, por favor... no dejemos de ser nosotros mismos. No dejemos pasar la oportunidad de ser un pueblo feliz.

Eso.

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