Tengo la sensación de que el ser
humano vive sin saber que vive, que pisa la calle sin saber que es de
pavimento y que respira algo que no sabe que es aire. Me da la
impresión de que la gente a lo largo de la historia ha visto como
avanza la tecnología sin darse cuenta de aquello ni tener conciencia
real. El tipo que se conecta a Internet a través de su i-pad en la
cima de una colina alejada no sabe la trascendencia que tiene ese
hecho. Solo sucede. No le importa conocer los mecanismos que le
permiten hacer lo que hace y solo lo acepta como si fuera un invento
de la divina providencia y no de la mente humana. Aceptamos muchas
circunstancias de nuestra vida sin darnos un segundo para poder
cuestionarlas, o para deconstruirlas para analizarlas. Después de
una buena cantidad de milenios en donde el conocimiento empírico nos
ha dado muchas oportunidades de superarnos intelectual, social y
tecnológicamente, todavía hay grandes interrogantes para las cuales
solo se opta por desechar la idea de buscar el por qué. No importa
cuanta modernidad y saber que pueda hacer nuestra vida mas
confortable hayamos acumulado en todo este tiempo, seguiremos
teniendole miedo a los gatos negros y a los dias martes 13.
Por eso no me extraña la ferrea
oposición de una gran cantidad de pragmáticos que se niegan a la
posibilidad de que se puedan predecir los terremotos. Mas que nada
basados en su incredulidad ante nuevos descubrimientos cientificos,
periodistas, locutores de radio, matemáticos, charlatanes, trolleros
de twitter y otros han ridiculizado cada una de las declaraciones de
Salfate, como si fuese él quien ha desarrollado los estudios
cientificos respecto al tema y no los brazileños de Quake Red Alert.
Salfate solo es un weón, a veces habla puras voladas , pero me
parece mas tonto pararse mirando al siglo 21 con una mentalidad de la
edad media y negandose a enfrentar los paradigmas de nuestro planeta
a partir de un pensamiento divergente. El gran mal de nuestro pais es
este: nos negamos a romper con los mitos y la aceptación de estos
siempre tendrá mas valor que la interrogante.
Tengo razones para darles el beneficio
de la duda a estos hombres de ciencia. Y mis razones no tienen mucho
que ver con las predicciones acertadas del último par de temblores
emitidas por Salfate. Solo me basta mirar el libro de historia y
darme cuenta de que Cristobal Colón también sufrió bullyng cuando
dijo que la tierra era redonda y no plana, como hasta ese entonces se
pensaba. A Galileo casi lo queman vivo por decir que era nuestro
planeta el que giraba alrededor del sol y no al revés. El avance de
una sociedad consta de dos actores fundamentales: Aquel que da la
idea y aquel que se burla de ella, porque en la práctica se descubre
quien tiene la razón. Jesús tuvo que resucitar para que sus
disipulos creyeran en él; Megaupload tuvo que ser desarticulada para
que los pajeros valoren realmente lo bueno de compartir material
audiovisual en internet, Zamudio tuvo que ser asesinado para que los
senadores se comienzen a apurar en aprobar la ley antidiscriminación.
Son dos factores que se retroalimentan.
¿Tiene que haber otro terremoto para
que por fin nos pongamos realmente alerta? Todavía me parece
increible que después de haber inventado la bomba atómica, haber
mandado miles de satelites al esopacio exterior, haber transplantado
cientos de corazones y haber inventado un sistema en el que todo el
mundo está conectado a traves de rayos invisibles que atraviesan
todo y que solemos llamarlo “red virtual”, aún los cientificos
mas prestigiosos del mundo (o al menos los que han ganado el Nobel)
no hayan encontrado una manera verosimil y concreta de medir y
dibujar el trayecto que nuestras placas tectónicas realizan. Mas que
increible, diría que es algo “poco creible” de parte de los
investigadores de las grandes potencias como Estados Unidos, porque
ultimamente los terremotos han sido un buen negocio... una gran ayuda
en la incansable tarea de los norteamericanos por seguir colonizando
paises tercermundistas. El ejemplo mas notable de eso es Haití, que
hoy por hoy ya es casi una base de los marines.
Es cuatico tambien hacer un paralelismo
entre un hombre de la edad media y un pragmático de los terremotos.
El hombre de la edad media creía firmemente en la existencia de la
brujería, mientras que el pragmático cree casi a ciegas en que nada
ni nadie puede predecir terremotos. Ni el medieval ni el pragmático
contemporaneo es capaz de explicar sólida y concretamente el por qué
de sus creencias ni por qué quienes no están deacuerdo con su
visión están equivocados. Dudan, y se refugian en juicios conocidos
por todos, pensando casi ingenuamente en que son impermeables frente
al tiempo. En cambio quienes analizan su entorno a partir del
pensamiento divergente, en sus teorías no descartan nada, nisiquiera
la posibilidad de estar equivocados.
La gente del nuevo siglo debería dejar
de confiar tanto en los mitos y sus sentencias casi sagradas y dudar
mas de todo para al mismo tiempo confiar en todo. Resulta
contradictorio que muchos de aquellos que se niegan a reflexionar
acerca de la vialidad de estos estudios para predecir terremotos en
otras instancias hablen tanto de mirar al futuro como si el futuro se
tratase de una construccion en base a tesis ya consolidadas e
inamobibles cuando en realidad el futuro se trata de un espectro de
tiempo que no está definido, y que su definición se hará a partir
de las interrogantes que subyazcan en pro del bienestar de nuestra
sociedad. Y para eso, hay que hacer un juicio de nuestro pasado y de
nuestros conceptos preestablecidos. El hombre es un ser cambiante,
también la tierra y el universo. Como dijiera Nicanor Parra: “2 +
2 no son 4, fueron 4. Hoy, no se sabe nada al respecto”.
1 comentario:
realmente los esceptivos deben sentir que cuando venga el apocalipsis creeran... toda forma de ciencia es bienvenida sea o no errada, no somos el universo para decirles lo contrario...
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